A
través del tiempo se ha caracterizado a los mexicanos como esa imagen cómica de un indígena bajo un nopal con
sombrero y tequila, que equivocado está el mundo.
Puede
ser demasiado difícil encontrar algo positivo y enorgullecedor de entre tantos
acontecimientos tristes, desgracias, etc. Pero de algo estoy segura, cualquier
persona sin importar su raza, sexo, religión puede llegar a cultivar un talento
único.
La
misma historia nos ha “demostrado” que los mexicanos no han logrado nada, que
todo el reconocimiento se lo lleva países como Rusia, Japón, Alemania o Estados
Unidos, cuantos científicos, poetas y gente que cambió el rumbo de un mundo o
nación está ahí.
¿Qué
hemos hecho para lograr esta reputación? ¿Es verdadera? Lamentablemente gracias
a esta “fama”, mexicanos han decidido dejar su país para lograr sus sueños en
otro, a veces negando sus orígenes.
A
pesar de eso otras personas en vez de ser conformistas, se empeñan en poner el
nombre de México en alto muestra de esto son personajes como Diego Rivera,
Frida Kahlo, Octavio Paz, Alondra de la Parra (que, aunque nacida en Nueva York,
sus orígenes son mexicanos), Mario Molina, Lila Downs, Guillermo del Toro,
entre muchos más que no decidieron esperar oportunidades, fueron por ellas y
lograron sus metas.
Dentro
de nuestra idiosincrasia nos enseñaron a callar nuestros ideales y a no
esforzarnos más de lo necesario, pero ¿Cómo es que estos personajes lograron
hacerlo? Lucha, es la palabra correcta.
Debemos
tomar ejemplos como estos para inspirarnos a cumplir nuestros sueños, desde el más pequeño niño hasta el adulto que cree que ya
no podrá lograrlo, pero nunca es tarde para empezar.
Levantar
al país con pequeños actos de cada persona es la meta. Todo depende de
nosotros, no podemos culpar a otros por nuestro destino, nosotros lo
construimos.
Basta
ya de generaciones enteras con ideales cuadrados y destinados al fracaso,
eduquemos a nuestros hijos con mentes llenas de superación y sigamos llenando
este desierto que es México con almas luminosas, triunfadoras y trascendentales.
Dejemos
atrás el dolor, aunque fácil nunca será
la palabra correcta para hacerlo; vamos de la mano con la esperanza y con el
conocimiento como arma, sin pretextos, con el orgullo de ser un mexicano
admirable y respetable.
Esfuerzo
es el primer paso para demostrar que aquí hay ¡VERDADERO TALENTO MEXICANO!